Masaje erótico: Las diferencias entre hombres y mujeres
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La mujer, especialmente cuando tiene un buen nivel de vitalidad y sensualidad, está capacitada para disfrutar del masaje erótico tanto como el hombre. Gozar de la sexualidad es una gran satisfacción para cualquier ser humano, que no debe pasarse por alto bajo ninguna circunstancia. En el caso del colectivo femenino, existen una serie de partes del cuerpo que destacan por el grado de estimulación que provocan en ellas. Las orejas, el cuello, la espalda, los muslos, los pechos… ¿Cómo las estimulan los masajistas masculinos de Masajes Shiva?rn
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- Las orejas: las orejas disponen de una serie de terminaciones nerviosas que sensibilizan toda la zona cuando hacemos un masaje erótico. A través de suaves caricias en la parte posterior con la yema de los dedos, nuestros profesionales estremecen la piel de las damas.
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- El cuello: como la mayor parte de la tensión se acumula en el cuello, trabajar esta área resulta muy relajante. Las caricias, combinadas con una suave presión a los costados, liberan tensiones y preparan el terreno para experimentar el máximo placer. Los vellos finos que se encuentran detrás del cuello, además, se erizan al rozarlos y producen una agradable sensación.
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- La espalda: para una mujer (o al menos para la mayoría), la espalda es la zona erógena por excelencia después de los genitales. De hecho, en esta parte del cuerpo se encuentra una alta concentración de terminaciones nerviosas que reaccionan a caricias suaves, sobre todo aquellas realizadas con las uñas.
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- Los muslos: la parte interior de los muslos es una de las más sensibles que, al acariciarla en un masaje erótico, produce una mezcla de cosquillas con excitación y expectativa.
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- Los pechos: los senos son realmente sensibles al tacto y, para estimularlos, es preciso acariciarlos comenzando el masaje erótico por los costados. Nuestros masajistas usan las palmas de las manos para recorrer el borde y haciendo movimientos circulares sobre los pezones. Una magnífica sensación que llevará a la mujer al éxtasis.
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- La panza: la zona del abdomen es realmente sensible a las caricias. Por ello, nuestros hombres deslizan con suavidad sus dedos desde el extremo superior hasta el inferior, rodeando la zona del pubis pero sin llegar a tocarla.
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- Los pies: al trabajar los pies, es importante saber aplicar la presión y los movimientos justos para que las ligeras cosquillas no se conviertan en algo molesto, en una tortura.
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- La zona de las caderas y los glúteos: en un masaje erótico, es la favorita de muchas mujeres. Algunas prefieren que esta zona se trabaje con fuerza, otras que prime la suavidad de los movimientos.
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